Ve los obstáculos que ya has superado.
Ve cuánto ya aprendiste en esta vida y cuanto ya creciste.
¡Mira para el frente!
No te quedes parado, levántate cuando tropieces y caigas.
Establece metas, ten planes y prosigue con firmeza.
¡Mira para adentro!
Conoce a tu corazón y analiza sus proyectos; mantén puros tus sentimientos.
No dejes que el orgullo, y la vanidad dominen tus pensamientos en tu corazón.
¡Mira a tu lado!
Socorre a quien precisa de ti.
Ama a tu prójimo y se sensible para percibir las necesidades de aquellos que se acercan.
¡Mira para abajo!
No pises a nadie… percibe las pequeñas cosas y aprende a valorarlas.
¡Mira para arriba!
Hay un Dios mayor que tú, que te ama mucho y tiene todas las cosas bajo control.
¡Mira para Dios!
Percibe la profundidad, riqueza y poder de la bondad divina.
¡Siente ese Dios que mira por ti todos los días de tu vida!, y deja que Él te bendiga.