El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre.
El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde.
No hay que elegir por esposa sino a la mujer que uno elegiría por amigo si fuera hombre.