Para Dios todo poderoso seremos siempre las princesitas de Dios el nos ama y nunca te dejara sola y hoy te regalo este hermoso consejo que te da Dios .
Permite hoy que tu corazón se rompa en mil pedazos, si es que así lo quiere.
Permítete llorar, si es que las lágrimas surgen.
Siente hoy toda tu vulnerabilidad, si la vulnerabilidad llega a visitarte.
Permite que todo lo que conlleva la vida se mueva a través de ti.
Un sabor, un vistazo, una inspiración, el toque amoroso de alguien que quieres, la intensificación tan vibrantemente viva y familiar de la alegría o el dolor.
Este es un día para dar gracias por todos y cada uno de los sucesos más “insignificantes”, incluso por aquellos que no parecen merecer tu gratitud.
Este no es simplemente “otro” día. Este es tu primer día, y tu último día.
Cuando las cosas te salen mal, es fácil que pienses:
«Jesús, ¿dónde estás cuando te necesito?»,y que te parezca que Dios te ha fallado. En esos momentos tu fe es puesta a prueba. Si en vez de seguir confiando te dejas arrastrar por las dudas, limitas la capacidad de que Dios te ayude.
Puedes caer en un círculo vicioso; sin embargo, hay personas que conservan una actitud positiva en cualquier circunstancia. ¿Cómo hacen para tomarse con tanta serenidad una desilusión y hasta una catástrofe? Es porque tienen gran fe en el amor de Dios.
Así cuando las cosas parecen mal, tan sólo estamos a una oración de distancia de nuestro Padre.
Pedí fuerza y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría y Dios me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad y Dios me dio cerebro y músculos para trabajar.
Pedí valor y Dios me dio obstáculos para superar.
Pedí amor y Dios me dio personas con problemas a las cuales ayudar.
Pedí favores y Dios me dio oportunidades.