Jamás permitas... que un hombre te esclavice, tú naciste para amar no para ser esclava de nadie.
Jamás permitas... que tu corazón sufra en nombre del amor; amar es un acto de felicidad, ¿para qué sufrir?
No permitas nunca que tus ojos derramen lágrimas por alguien que nunca te hará reír.
Jamás permitas... que tu cuerpo sea usado, sabes que es la morada del espíritu santo y por ello hay que estar agradecida.
Jamás permitas... quedarte horas esperando por alguien que nunca vendrá, así te lo haya prometido; o que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre que no tiene palabra ni nombre.
Jamás permitas... que tu tiempo sea desperdiciado por alguien que nunca tendrá tiempo para ti.
Jamás permitas… escuchar insultos, humillaciones o gritos a tus oídos; el amor es el único que nos hace entender, sin gritos, chantajes o malas palabras.
Jamás permitas… que tus pies caminen en dirección hacia un hombre que sólo vive huyendo de ti, y menos consientas que los sueños de otros se mezclen con los tuyos, haciéndolos girar en una gran pesadilla.
Jamás permitas… que alguien pueda volver cuando nunca ha estado presente.
Jamás permitas… quedarte guapa y linda esperando a un hombre que no tiene tiempo para compartir contigo, porque primero están las diversiones y los amigos, y nunca tendrá ojos para admirar lo bonita y maravillosa que eres como madre, esposa, novia e hija y sólo vive regañándote ¡¡cuando otros te miran!!
Jamás permitas… prestar tu útero para engendrar un hijo que nunca tendrá un padre.
Jamás permitas vivir en la dependencia total de un hombre que te hace creer que tú naciste inválida, que no sirves para nada, que a cualquiera le da la razón menos a ti, que te oculta cosas, te manipula y ejerce contigo la crueldad mental.
Jamás permitas… que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, el resentimiento, los celos, la desconfianza, las dudas y todo lo que pueda borrar el brillo de tus ojos, debiliten las fuerzas que existen dentro de ti, por el abandono de un hombre.
No olvides que tú vales mucho, nunca pierdas la dignidad de ser mujer. Jamás permitas sufrir en nombre del amor.
Espero que este mensaje sirva a las mujeres a las cuales les han hecho creer que valen poco, cuando en realidad son lo más grande de la creación por ser el instrumento de Dios para dar la vida. ”