Sé que ahora no puedo conseguirte, sé que ahora no te fijas en mí pero quiero que sepas que algún día te haré la persona más feliz.
El amar de verdad te hace pensar en lo lindo de la vida, en el mundo, en todo lo que te haga feliz.
Cuando hay dos personas que simultáneamente empiezan a amarse, es una gran felicidad. Pero todavía es mayor felicidad cuando los dos cesan de amarse a un mismo tiempo.
Te amo en silencio por temor de que tú no sientas lo mismo, aunque me duela en el alma, seguiré buscándote en mis sueños, ya que ahí es en el único lugar donde soy feliz.
No me importa del ayer el encanto de nuestro tiempo compartido, sólo quiero del pasado saber que a tu lado fui feliz.
Si decimos que el amor es sinónimo de felicidad, ¿Por qué muchas veces lloramos por esa persona a la que tanto amamos?
Amar es entregarse en cuerpo y alma. La felicidad de la otra persona es nuestra felicidad.
El día que le conocí la vida me enseñó lo que era ser feliz, su precio: el dolor. Y pensar que lo perdí no fue lo peor, lo peor fue descubrir que como él no habían dos.
Aunque uno sepa pensar, si no sabe amar nunca encontrará la ansiada felicidad.
Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te corresponderán, pero no esperes que te correspondan; sólo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece sé feliz porque creció en el tuyo.
Sería feliz un momento con solo verte, sería feliz un instante al escucharte, sería feliz un momento con tenerte, pero si tu me amaras como yo te amo a ti entonces sería feliz para siempre.
Amor de lejos, somos felices los cuatro.
La felicidad tiene nueve letras. La mia sólo dos: tú.
Mi cielo es tu cuerpo, mi sueño tu sonrisa, mi droga tus besos, mi obsesión tus caricias, mi camino tu felicidad, y mi objetivo...tu amor.
Aunque en tu corazón hay lugar para mucha gente, guarda un pequeño rincón para mí. No importa si no es el mejor, con tal de estar contigo seré feliz.
Intentar buscar el amor de tu vida es un fracaso; intentar esperar a que llegue es otro fracaso... ¿qué hacer entonces? Odio pensar que nunca llegará, odio pensar que cuando llegue no aprovecharé la oportunidad... odio pensar en ella y en mi soledad. Esperar a ese amor perfecto, esa es mi misión e intentar ser feliz a su lado, es mi ilusión.